15 febrero 2013

Industria Textil en México

Como se ha mencionado, la mayoría de las técnicas textiles prehispánicas han sobrevivido hasta nuestros días. Tanto el telar de cintura, como el de pedales, incorporado durante la Colonia, siguen siendo las herramientas de trabajo de los artesanos indígenas actuales.
El telar de cintura, al igual que en la antiguedad, es trabajado por las manos de las mujeres indígenas, que se encargan de confeccionar la indumentaria para toda su familia. Siguiendo la tradición, las mujeres desde pequeñas son instruidas para hacer uso de este instrumento de trabajo. Los lienzos que se producen en telar prehispánico, se unen tal y como salen de él, sin alforzas ni costuras que amolden el vestido al cuerpo, costumbre que también se aplica a la manta comercial, la cual generalmente se usa en tiras rectangulares.
Las técnicas que se aplican en los tejidos hechos con el telar de cintura, son muy variadas. El tejido sencillo, el de tapiz, el brocado, el labrado, el tejido de curva que fue creado por las mujeres otomíes de San Pablito, por las totonacas de Pentepec y por un grupo nahua de la Sierra de Puebla; la tela doble y la sarga, entre otras técnicas más, son utilizados para decorar los tejidos con distintos motivos o dibujos.

  
Los motivos que las artesanas textiles actualmente plasman en sus atuendos y otros accesorios, no son solamente al momento de entretejer la tela, sino que también hacen bastante uso de los bordados. La variedad de bordados es inmensa, aunque muchos de ellos son sólo con fines decorativos, muchos otros son símbolos que tienen un valor determinado y que reflejan tanto las creencias como los mitos que cada comunidad indígena maneja.
Entre los motivos más comunes encontramos al árbol de la vida, la serpiente estilizada en forma de octágono, la greca escalonada o xicalcolouhqui , los triángulos que representan a Venus, el ojo del sol, la estructura del universo, los animales sagrados como el cocodrilo, el mono, el perro, el venado, el lagarto, el jaguar, el águila y el signo de movimiento u ollin, entre otros. 

Aunque el diseño no permite reconocer en todos los casos la procedencia de un tejido, si existen motivos muy específicos que sólo algunos pueblos indígenas tejen o bordan. Por ejemplo, una gran parte de los grupos de triques y mixtecos de la región alta de Tlaxiaco utilizan para sus huipiles únicamente rayas horizontales o formas geométricas, excluyendo totalmente de sus motivos las formas animales, vegetales o humanas. Por otro lado, se distinguen las huastecas de San Luis Potosí que con el punto de cruz dibujan en sus quechquémitl figuras zoomorfas y antropomorfas a las que llaman "la pisada del león", "el tecolote", "la palma", "botón de flores", etc.
Aunque los bordados se utilizaban también en la época prehispánica, no se sabe con certeza qué puntadas fueron auténticamente creadas por los indígenas y cuales heredadas por los españoles. En nuestros días, las artesanas indígenas hacen uso de la gran variedad de bordados para adornar tanto sus prendas autóctonas, como las que han adoptado más recientemente.

Los bordados son realizados con agujas de acero que sustituyeron a las puntas del maguey utilizadas en la antiguedad, y aunque en algunas comunidades como en el Itsmo de Tehuantepec y en Yucatán se empleen las máquinas de coser para realizar esta labor, muchas otros grupos bordan manualmente.
Por otra parte, el telar colonial o de pedales es manipulado generalmente por hombres de comunidades mestizas, quienes tejen con lana, sarapes, cobijas, gabanes, manteles, jorongos y otras prendas, que se venden en los centros ambulantes de comercio en los pueblos o también en los centros saraperos.
Actualmente, este telar es utilizado no sólo para la fabricación de sarapes y cobijas; existe en Teotitlán del Valle, Oaxaca, un centro sarapero importante en donde se despacha una gran demanda de tapetes y tapices destinados para la decoración de casas habitación, situación que ha provocado que los artesanos que trabajan este telar con gran paciencia y dedicación, no se limiten en cuestión de diseño; el mercado es tan amplio que existe gente que actualmente adquiere tapices decorados no sólo con escenas sacadas de murales o códices mexicanos, sino que también los inspirados en obras de pintores europeos como Matisse, Picasso o Miró, o bien, los que contienen motivos Navajos de los indios de Norte América.